domingo, 17 de febrero de 2008

Secreto del espía

Furioso el espía recorre su salón
amargamente ataviado con vestiduras reales,
el espía divirtiendo sus inmutables bocas
con todos los secretos del general en jefe.

Su salón proyectado en zigzag el espía recorre
inúltilmente, traicionando al Estado Mayor,
que en las mañanas con olor a oficina
se aburre pinchando la nuca del ujier.

Portador de un secreto, su salón el espía devora.
Una rara invención del espía de turno
en la brumosa orilla del oridor escarlata.

Ahora da dos palmadas y aparece un criado,
un criado que lleva en su frente una cripta.
El espía lo mira fijamente y solloza,
el criado lo reclina en un lecho de ágata,
y el secreto se propala por las últimas cámaras.
Todo el pueblo se agolpa para ver al espía
creador de un secreto no confiado a sus jefes;
el pueblo lo conmina: revela tu invención
para que todos puedan tocar la misma puerta.

El espía su boca profesional entreabre con fastidio,
su invención impecable ya puede propalar,
pero he ahí que el jefe, terriblemente irónico,
un pañuelo cifrado en su boca introduce,
y el espía es fusilado con todas las formalidades.

1945

viernes, 8 de febrero de 2008

En el duro

Ayer yo estaba solito
en la Avenida del puerto,
pensando en mi madre muerta
y pensando en los deseos.

Como un plato estaba el mar,
pero yo estaba moviéndome.
Es una cosa muy seria
que el mundo tanto se mueva.

Un hombre se me acercó
con una cara habanera,
de esas que La Habana misma
no le regala a cualquiera.

Se fue encogiendo de hombros,
la mirada se hizo niebla,
la boca se le contrajo
y así habló de esta manera:

Mi socio, no sé lo que está pasando,
pero yo sé lo que pienso:
este mundo está en el duro
y ojalá se nos deshiele;

porque de no ser así,
nos matará la dureza;
ya las palabras son balas
y las miradas hogueras.

¿No le parece, mi socio?
- me dijo y me tocó el pecho;
yo lloraba como un niño,
y el mar se fue endureciendo.


1962